martes, 1 de mayo de 2012

1ªSesión "Actualidad":THE ARTIST, Michel Hazanavicius (2011)




 "¿Por qué no quieres hablar?"



The Artist, es el primero de los films analizados en el Club de Cine de la URV. Representa la quinta obra cinematográfica de Michel Hazanavicius, un director de corta pero meteórica trayectoria en tierras francesas. Comenzaría con títulos como Mes Amis en 1999, pero su éxito llegaría con el film cómico OSS 117: El Cairo nido de Espías y su respectiva secuela. Este año se espera el estreno de su colaboración en el nuevo film Les Infidels, de nuevo protagonizado por su actor fetiche: Jean Dujardin, visto ya en The Artist, film con el que definitivamente ha ganado el reconocimiento internacional. La lluvia de galardones que ha rodeado este film recoge una generosa lista de 18 festivales diferentes: desde el festival de Sevilla hasta los Bafta, Cannes o los Oscar. Parece ser que la historia melodramática de George Valentin, en blanco y negro, casi sin sonido, ha convencido a los críticos. Pero, ¿es el film tan bueno como afirman? ¿Es fiel a la historia del cine? ¿Hasta qué punto es fiel a la estética de la década de los 20? ¿Hasta qué punto hace concesiones para que nos agrade? ¿A qué otros films de la historia del cine podemos compararlo?

Muchos son los aspectos que debemos analizar para apreciar de mejor modo el film de Hazanavicius. Los puntos fuertes los podemos analizar desde el punto de vista del mensaje, de la estética, la elaboración de los personajes y cómo éstos están interpretados, la música o el diseño de vestuario… Por otra parte también debe reconocer que el film no destaca por su originalidad ya que comparándolo a toda la lista de films que tratan el tema del cine (entre ellos Cinema Paradiso, Cantando bajo la lluvia, ...) no llega a destacar por encima del resto ni respeta protocolariamente el periodo reproducido. ¿Se convertirá The Artist en una flor pasajera de verano? Analicemos en detalle estas cuestiones.


Uno de los aspectos atractivos del film es el mensaje que transmite y, a la vez, las diferentes posibilidades para el tema principal, que podría ser la necesidad de renovarse junto con la evolución del mundo y no quedarse atrás, la incomunicación, el amor incondicional por una persona… Por sorprendente que parezca Michel Hazanavicius jamás ha afirmado en la entrevistas  que su film no posea un tema complejo en particular, sino que únicamente pretende “explicar una historia”. Lo cierto es que vistos los momentos actuales de crisis y cambio que vive no únicamente la sociedad, sino también el cine, extraña que un director de semejante detallismo sólo pretenda explicar una historia. Salta a la vista que Hazanavicius hace un homenaje nostálgico al cine mudo clásico en plena época de cambio cinematográfico, quién sabe, incluso con vistas al 3D. Al igual que a finales de los 20, actualmente se está efectuando un cambio dudoso en el mundo del cine a un nuevo formato tecnológico cuyo éxito todavía es incierto. El 3D, que fue inventado hace unas décadas, parece estar convirtiéndose en una posible salvación de las salas de cine que cada vez cuenta con más directores favorables. De igual modo a finales de los 20, se dio el cambio hacia el cine sonoro, no apoyado por todos los directores, como en la actualidad.  ¿Es la posición de Hazanavicius “un farol”?
Siguiendo en la línea de estas preguntas surge la cuestión de si se hace un homenaje fiel al cine mudo. ¿Podemos designar como film mudo The Artist? El nombre del personaje principal, George Valentin,  claramente responde a un homenaje a uno e los actores más conocidos del cine mudo: Rodolfo Valentino. También aparecen imágenes de archivo de Douglas Fairbanks en dos ocasiones, personaje al que se emula cuando Valentin actúa en sus films. En definitiva se nos muestran imágenes y música, pero si tenemos en cuenta que  se llamó “sonoro” al film El Cantor de Jazz cuando éste sólo tenía sonido en una tercera parte del metraje, aparecen las dudas. Lo característico de los films de cine mudo es la falta de banda de sonido en la película, y este film carece de dicha característica en definitiva. Se concluye entonces fácilmente que, dadas las razones anteriores, no podemos designar plena y técnicamente a The Artist como un film mudo, sin que esto sea algo negativo de cara a la valoración del film. Tenemos que denominarlo un film no hablado.

Teniendo esto presente, ¿es el film entonces fiel al 1927 en el que se desarrolla la historia? Para empezar debe admitirse que la música utilizada no hace referencia completa al contexto real, ya que partes de la banda sonora hacen referencia a la música de Vértigo, de Hitchcock, un film 30 años posterior; por otra parte, para reproducir fielmente los sucesos no es necesario el blanco y negro, con lo que se llega a la conclusión de que esta elección entra más en el campo de la complicidad con las ideas preconcebidas del espectador medio. 


Queda claro que The Artist intenta hacer una reconstrucción del cine de la década de los 20 desde la perspectiva actual e idealista del director. Los films mudos de la década de los 20 chocarían de frente con los gustos visuales y cinematográficos del espectador actual. El cine mudo debería salvar un abismo de casi un siglo para fascinar al espectador en el modo en el que fascinó a principios de siglo. Siendo consciente de ello Hazanavicius nos ofrece una versión adaptada, idealista, en blanco y negro. Un acierto por otra parte, porque consigue transmitir la ilusión mencionada al espectador actual, algo que seguramente no se hubiera dado de ser fiel al cien por cien a los films mudos de los años 20. Vemos así una de tantas concesiones que se hacen en el cine actual para llegar al espectador, cuando lo que prima en el film es transmitir sentimientos e impresiones por encima de la reproducción fiel: algo por otra parte legítimo.
En definitiva podemos afirmar que, independientemente de la reacción de agrado o desagrado producida, The Artist es un film idealista que incita a la discusión cinematográfica. El film consigue hacer un digno homenaje al cine mudo, demostrando que la estética clásica que caracterizó a aquellas producciones no sólo no llega a pasar de moda, sino que además  tiene la capacidad de atraer al espectador actual y salir con sobresaliente al examen de la crítica.


    Ester Torrents Iglesias

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